viernes, 19 de marzo de 2010

Algo para precisar sobre la situación actual

-Marzo 2010-


Desde hace varios meses hemos venido tratando en nuestros informes de coyuntura, la situación que se estaba presentando con el desplazamiento de precios. Incluso en nuestro estudio hemos realizado oportunamente (hacia finales del año 2008) un trabajo de investigación en el cual evaluamos cómo la estructura de costos de algunos sectores exportadores, había alcanzado ya un grado de expansión tal que había logrado neutralizar la diferencia cambiaria del año 2002 (Ver el estudio en en http://www.areseyasociados.com/publicaciones)
Desde aquellas primeras advertencias, la situación se ha agravado, fundamentalmente porque las medidas de corto plazo (control de precios, se han prolongado peligrosamente más de lo debido
En efecto, como ocurre con todos los planes basados en el control directo o indirecto de la estructura de precios relativos, en algún momento si los mismos se prolongan en el tiempo, se tornan insostenibles y conducen inevitablemente tarde o temprano a tener que efectuar el ajuste

Algunos números para ilustrar el análisis
En el período 1982-2002 el gasto consolidado fue aproximadamente un 23% del PBI. Ese mismo en el año 2009 fue del 32%. Esto equivale a un gasto adicional de algo más de u$s 30.000 millones por año. Incluso se puede observar cómo se ha acelerado el gasto al mirar lo que ha ocurrido en los últimos años con el aumento de los subsidios. Así, en el año 2006 los subsidios al sector energético fueron de algo más de $ 4000 millones y en 2009 totalizaron cerca de $ 16000 millones. El transporte, que en 2006 tenía subsidios por cerca $ 19000 millones, recibió en 2009 más de $ 11.500 millones. Así el total de subsidios y préstamos del sector público al sector privado pasó de $ 8800 millones en 2006 a más de $ 33.500 millones durante el año 2009. Esta situación que parece mantenerse –incluso profundizarse- no hace más que profundizar la tendencia que ha mostrado la inflación anual proyectada que en base al primer trimestre se ubica por encima del 35 % anual.
Este aumento del gasto se ha venido dando contramano del superávit fiscal. En efecto, en el segundo trimestre de 2009 se descompuso totalmente el superávit financiero (recursos – gastos corrientes y de capital – intereses de la deuda). Y en el primero de 2010 se ha consumido el superávit primario (recursos – gastos corrientes y de capital). El déficit financiero ascendería en el primer trimestre de 2010 a un 2% del PBI.
El comercio exterior en el contexto
No debe ser ajeno al análisis que todo lo anterior se da en un contexto en el cual se ha intervenido en el comercio exterior con una fuerza pocas veces vista. En efecto, más allá de las presiones de la Secretaria de Comercio sobre intervención en liquidación de divisas, incluso abusando de los plexos normativas (que además de ser Ley para el estado son compromisos internacionales), se ha generado un esquema de control a la exportación y de un conjunto de esquemas que afectan a la importación integrado por licencias, para-aranceles, aprobaciones, control en aduana, etc. Etc., que dejando de lado su legalidad, en este último caso no hace más que contribuir al proceso de alza de precios vía oferta.
Dejando de lado otras causas o condiciones como son los compromisos de pago de deuda, resulta claro que una reducción de subsidios impactaría sobre el precio de los servicios públicos, así como un sinceramiento del comercio exterior impactaría sobre la competitividad de los productos locales, actividades que parecen ser de difícil factura en un año claramente electoral
No debe escapar que los ajustes salariales se ubicarán con seguridad en la franja de entre el 25 al 35 % promedio. Lo que empujará (en el contexto descripto) a ajustes del sector privado o por precio del trabajo o por cantidad. Esto quiere decir que si los aumentos de salarios se disparan demasiado, el modelo ajusta por cantidad de gente ocupada. Si aumentan por debajo de la tasa de inflación, el modelo ajusta por caída del ingreso real, menor consumo interno y caída en la actividad.
Todo parece indicar que no será fácil acompañar (en un año electoral) el tipo de cambio con el proceso de inflación desatada, lo que inexorablemente provocará una presión mayor sobre ese tipo de cambio retenido a mediano plazo.
Dada esta situación y para retener la actividad y bajar los conflictos (que incluso se generarán en los maestros, jueces, policías, empleados públicos) mantener el nivel de actividad, se producirá una presión adicional sobre los precios relativos vía expansión monetaria
Todo parece indicar que esta será la situación en buena parte de este año, que seguiremos analizando en futuros post
Hasta el próximo número