martes, 10 de noviembre de 2009

Servicios en el Exterior

-Noviembre 2009-

El estudio Arese y Asociados, en base a sus antecedentes y trayectoria, ha sido invitado a participar en la licitación para apoyo al desarrollo exportador de PANAMA.

Dicha convocatoria ha sido efectuado en el marco del programa que el BID mantiene en ese país para promover y desarrollar el comercio exterior

martes, 13 de octubre de 2009

El corto y mediano plazo y los vientos de cola

-Octubre 2009-


En nuestras reflexiones anteriores hemos hecho hincapié en elementos estructurales, o si se quiere de mediano y largo plazo sobre el comercio internacional y particularmente la economía, tanto nacional como internacional

Reiteramos y ratificamos lo dicho y observado en esos pasajes. Sin embargo, la cosa tiene una óptica distinta en el corto plazo

Aún cuando el gasto público tiene en el corto plazo serios efectos y riesgos para la economía nacional, no menos cierto es que resulta más importante lo que pase en las reuniones del G 20 que lo que pasa por el Ministerio de Economía Argentino. Al respecto ya hemos hecho la descripción en nuestro último análisis

El cambio de los vientos en el corto plazo

Hace dos años decíamos que nuestra economía tenía viento de cola. Luego comenzamos a observar en medio de la crisis que ese viento era de frente, y que además el piloto y varios pasajeros estaban en una absoluta batalla (que el piloto ha continuado con nuevos pasajeros, incluso con el altavoz del avión), y el avión con muchas turbulencias, redujo fuertemente la marcha. Hoy veo en el corto plazo, que este avión tiene además una leve brisa nuevamente de cola, básicamente generado por los países centrales

Ello es así por cuanto, el estímulo que los países centrales inyectan en la economía internacional resulta esencial para mantener la dinámica. Todo parece indicar que ellos deberán seguir por un tiempo con este esquema por cuanto, los indicadores de empleo no mejoran rápidamente y por temor a perder las próximas elecciones en esos países (Francia por citar un caso)

Estos aportes a la economía mundial, estos estímulos impactan decididamente en tasas bajas de interés, lo que impacta no tanto en aumento de demanda de dinero sino más bien en la liquidez, y en una concentración básica del consumo (en donde alimentos principal exportación argentina, estará menos afectada tanto por caída de demanda como por caída de precios

La dinámica descripta parece augurar (reiteramos en el corto plazo, es decir seis meses a los sumo un año) inflaciones controladas y una relativa estabilidad cambiaria

Esta situación no es otra cosa que una brisa de cola en el corto plazo (reiteramos no en el estructural en donde los problemas son graves como ya hemos dicho) augura para el economía nacional que las cosas seguiran más o menos como hasta ahora. Es decir, consumo contenido y sin grandes expectativas de crecimiento, tipo de cambio, tasas de interés e inflación como en agosto y septiembre pasados

viernes, 28 de agosto de 2009

El clima de negocios en perspectiva

-Agosto de 2009-

En nuestro anterior informe hemos presentado elementos que a nuestro criterio constituirán el desempeño económico-político del último semestre.

Esa situación y tendencia económica pensamos que, en lugar de haberse mejorado ha tendido a ir empeorando, no solo por la propia situación económica, sino por el clima y preocupación que se percibe en el mundo de los negocios. Así lo refleja claramente el Reporte de Competitividad Global difundido ayer por el Foro Económico Mundial (WEF, sus siglas en inglés) el cual ha ubicado a nuestro país en el puesto número 85 sobre 133, obviamente lejos de Chile, Brasil, y muy pegado a Venezuela.

Resulta particularmente interesante el pasaje del informe de la WEF, que explica el clima de negocios cuando dice “hace resaltar la profunda desconfianza de la comunidad empresarial y el pesimismo con respecto a la eficiencia y la transparencia del Gobierno, en relación con el estado de derecho y la imparcialidad en cuanto el trato con el sector privado”.

La descripción efectuada por este informe es aún más alarmante si focalizamos la atención en el mundo de los negocios vinculados al comercio exterior. En este sentido, Argentina ocupa el anteúltimo lugar (de 133 países) en cuanto “barreras al comercio”, en medio de una alta discrecionalidad en la intervenciones de los organismos vinculados al comercio exterior.

También el informe señala que “existen serias fallas que siguen afectando el panorama de competitividad del país, las cuales representan incesantes vulnerabilidades en la difícil situación económica actual y potencial”. Es decir “políticas de expansión tributaria y monetaria” que generaron “altos niveles de inflación”. En efecto, el informe subraya de nuestro país la grave inestabilidad política, el restringido acceso al financiamiento, la corrupción y particularmente la inflación, aspecto que creemos merece una reflexión particular en el contexto de la situación económica.

Algo de la situación económica
Además de las obvias, evidentes y patéticas razones políticas que impactan decididamente en la seguridad jurídica e institucionalidad (elementos básicos de cualquier juego de negocios), resulta necesario que se preste atención a la cuestión fiscal nacional y la de algunas provincias (Buenos Aires y Córdoba fundamentalmente). Aún cuando ya advertimos esto en al menos dos ocasiones anteriores, la velociadad en que se ha venido deteriorando la misma requiere un análisis adicional

En efecto el déficit fiscal consolidado de las provincias será superior a los 11500 millones en el año 2009, según un informe del Instituto Argentino para el Desarrollo de las Economías Regionales (IADER). Empujado básicamente por el gasto público y la retracción en la coparticipación y la actividad económica, pone a la provincias en la puerta de emitir cuasi monedas (patacones, lecop, entre otros recordados) o peregrinar en los despachos en Buenos Aires en busca de pesos, provenientes de emisión.

Ello es así porque básicamente la situación de la nación no es mejor. Si el gasto público nación, veremos que éste registra el nivel más elevado de la historia. Así y para no poner los ojos en este año 2009, solo basta decir que el año pasado el gasto público cerró en 31% del PBI, contra un promedio de 23% en el período 1977-2002, y contra 23% en 2002.

En un escenario de imposible acceso al financiamiento externo, licuación del capital de la AFJP, presión tributaria en su máximo histórico, resulta que solo queda la expropiación por la vía ordinaria, o dicho de otra forma la emisión (inflación sostenida) y la necesidad imperiosa de provocar una fuerte devaluación, incluso con posibilidades de imaginarla con intervención del Comercio Exterior (dólar exportación y dólar importación por citar un caso)

El informe de la WEF no hace otra cosa que reflejar una realidad que, por difícil que parezca, resulta incontrastable frente a lo que día a día refleja el espejo de la realidad.

sábado, 18 de julio de 2009

La economía del segundo semestre

-Julio 2009-

En nuestro informe del mes de mayo, previo a las elecciones, anticipamos ya la situación más que comprometida que presentaba la economía argentina

Allí ya señalábamos los casi 100 millones de dólares de déficit público. Allí dijimos que la caída en la recaudación sumado al pago de intereses de la deuda, dejaba al erario público en una situación de total déficit. Luego de las elecciones, y con el panorama más claro, vemos con satisfacción que, aquellos valores anticipados han sido ratificados por varios medios, incluida la propia sección económica (IECO) del diario Clarín del domingo 12 de julio.

Pues bien, resulta en esta instancia y con el resultado de la elección conocido señalar que, además del déficit fiscal, nuestra economía exhibe ya claros signos de haber ingresado en recesión

Dada la desconfianza generalizada que tiene el INDEC en cuanto a los datos e información que proporcionada, es oportuno reproducir un informe que el diario ámbito financiero ha presentado hace pocos días

Allí en base al trabajo del estudio Ferreres se señala que la economía argentina, por tercer trimestre consecutivo acumula una caída importante en su nivel de actividad




Fuente: Ambito Financiero

Allí en base al trabajo del estudio Ferreres, y como reproduce el cuadro anterior, se pone en evidencia que la economía Argentina, por tercer trimestre consecutivo acumula una caída importante en su nivel de actividad. En efecto conforme este trabajo, ya suman tres los trimestres consecutivos de retracción en el Índice General de Actividad , con caídas que fueron haciéndose cada vez más pronunciadas: del 2,5%; 4,9% y 6,6% en el cuarto trimestre de 2008, primero y segundo de 2009, respectivamente.

El contexto nacional y el internacional

La mayoría de los analistas señalan que la crisis internacional aún no ha cesado, y que, en el mejor de los casos la situación tenderá a mejorar a partir del año venidero. Al respecto algunos indicadores se encaminan en dicha dirección

Sin embargo, no podemos dejar de señalar que la crisis internacional no ha sido la causante decidida de la “desgracia” nacional. Todo lo contrario, la soja, la carne y en general los bienes que exporta la argentina no han tenido una reducción en su demanda y sus precios.

Como ocurre en la mayoría de los casos, el problema no está afuera sino adentro

Déficit, recesión e inflación

El resultado de las elecciones no hace otra cosa que “apurar” lo que indudablemente sucedería en el mediano plazo.

Nuestra perspectiva respecto al segundo semestre indica que la actividad podría caer aún más y podría recién hacia el año venidero tener un esquema de recuperación. Ello no se debe al efecto internacional como hemos sostenido sino al propio “efecto nacional”, es decir, crisis del campo, INDEC, aumento del gasto, aislamiento internacional, falta de acceso al crédito internacional, imprevisión para la gripe porcina, dengue (olvidado por estos tiempos) entre otras faltas.

Veamos algunos indicadores confiables.

La industria cayó el 7,5% en junio con respecto al mismo mes de 2008 y acumuló una contracción del 9,2% en el primer semestre. Las más afectadas siguen siendo la siderúrgica y la de maquinaria y equipo. La industria automotriz mostró una BUENA MEJORA, debido a la baja de stocks, pero fundamentalmente a las exportaciones al Brasil.

El sector agropecuario, durante el primer semestre de este año enfrentó una merma del 22,2% anual, mientras que en junio su contracción fue del 25,4%. La producción de trigo cayó un 48% anual, mientras que la cosecha gruesa de maíz y soja se contrajo un 38% y un 30%, respectivamente.

Finalmente en el primer semestre de este año, el sector de la construcción tuvo una retracción del 4,5%.

Estos indicadores revelan CLARAMENTE que estamos en recesión

Los índices privados que miden la inflación registran ya aumentos superiores al 7 %, los que expandidos anualmente los llevan a entre un 15 y 17,4 % de inflación


Algunas sugerencias

Aún cuando no es la tarea nuestra augurar o señalar algunos caminos a transitar, a fin de aportar algo a la confusión general creemos que, dada la dinámica de expansión del gasto, y la inercia del mismo –por compromisos con gremios y pagos de la fiesta electoral- posibles alternativas de freno y mejora para la recesión e inflación (estanflación), parece recomendable seguir el camino de la previsión, el cumplimiento de la Ley, etc. etc. Pero dado que ello no resulta probablemente posible, al menos nos aventuramos a sugerir al menos una fuerte expansión fiscal.

Entendiendo por expansión fiscal NO LA EXPANSION DEL GASTO, sino la reducción de la terrible e incumplible presión fiscal vía impuestos que azota fundamentalemente a las empresas y trabajadores, comenzando por la eliminación directa de los impuestos distorsivos. Es decir los que encarecen la inversión, la eficiencia del sector privado y hacen más cara la producción, por ejemplo retenciones a las exportaciones, retrasos en la devolución del IVA en exportaciones, el impuesto sobre el cheque, por citar algunos casos. A ello debería sumarse un programa de “eliminación” de gastos e intervenciones al comercio exterior.

Estos esquemas –en nuestra opinión- tendrían incidencia baja en el ingreso del estado y serían una señal clara para la economía y el sector

Conclusiones

Dejando de lado las sugerencias que se pueden efectuar para la economía nacional para concentrarnos en observaciones y perspectivas para nuestros clientes resulta oportuno señalar que., a nuestro criterio en este segundo semestres se profundizará la caída que comentamos en el nivel de actividad, ello para cerrar el año con una retracción cercana al 5 %. A pesar de este contexto, observamos un desplazamiento de los precios motorizados básicamente por el estado que pondrá la inflación anual en torno al 16 %. Finalmente, y conforme varios índices (que trataremos en nuestro próximo informe) pensamos que el tipo de cambio estará cerrando el año 2009 por encima de 4,28.

domingo, 28 de junio de 2009

El resultado de las elecciones

-Junio 2009-

Aún cuando esta sección está reservada para análisis, comentarios y evaluaciones vinculadas a los negocios, particularmente al comercio internacional, no podemos menos que adelantar algunos elementos que emanados del resultado de las elecciones, tendrán impacto sobre el devenir del escenario nacional del segundo semestre.

En nuestra opinión y de la evidencia que revela la actual conducción política nacional, entendemos que no se producirán importantes cambios en el esquema político en forma inmediata. Incluso dudamos mucho que los mismos se puedan producir por motus propio, en forma mediata.

Creemos que, el laberinto en el cual el gobierno ha colocado a la economía nacional, no permitirá (junto a la propia visión de la conducción) efectuar cambios esenciales en cuanto a los elementos que están impactando en la economía.

Aún cuando quienes creemos que, la única posibilidad de generar inversiones, mayor trabajo y progreso pasa por la existencia de previsibilidad y sobre todo cumplimiento de la Ley, con sorpresa advertimos que nada de esto parece que pueda preverse en el horizonte del actual gobierno.

En el comercio internacional asistimos a “presiones” a importadores y exportadores vía “integrales” de AFIP para lograr “pagos o ingresos al esquema del famoso blanqueo”, o amenazas de ese tipo cuando exportadores o importadores pretenden ejercer sus derechos constitucionales –como la defensa, o el mero principio de inocencia-. Licencias no automáticas que superan los nueve meses de gestación, o algunas que “milagrosamente” se expiden en 48 horas, todo está permitido y justificado y todo parece ser lícito y legal, cuando justamente todo es ilícito y en algunos casos hasta ilegal.

En una etapa tan grave y básica se encuentra nuestro comercio internacional, que solo el apego a QUE ES LEGAL y QUE NO ES LEGAL hecha luz y permite mirar con claridad la situación.

Al respecto resulta imperdible la entrevista publicada en La Nación al profesor Enrique Barreira, titulada “La Argentina parece que no puede esperar", la que me exime de extenderme sobre el tema

Particularmente no creemos que se produzca un sinceramiento del INDEC y menos aún se vayan a producir cambios que permitan un comercio internacional acorde a lo que demanda nuestro país.

martes, 19 de mayo de 2009

Cerca de lo inevitable

-mayo 2009-

En momentos como el que vive nuestra economía cualquier análisis que se pueda efectuar no deja de caer una y otra vez en la tentación de repensar y generar pronósticos con dos alcances. Sí, en general ante una variable incontrolable y de total incerteza como pueden ser las consecuencias del acto eleccionario, el análisis debe pasar por: o bien mirar el largo plazo, o bien hacer “aproximaciones” a lo que eventualmente pueda suceder. Dado que lo segundo parece que está más al alcance de los gurúes de la economía (o magos) resulta aconsejable fijar el análisis en las perspectivas para mediano y largo plazo, de la cual extraeremos algunas referencias del corto plazo. Para este ejercicio deberemos analizar el comportamiento de la economía de –al menos- el último semestre

Algunas evidencias

Como ocurre en cualquier situación resulta esencial contar con un buen diagnóstico. Sin ello no resulta posible analizar la evolución del paciente, y menos aún sus consecuencias en el mediano y largo plazo.
Al respecto, algunos podrán recordar que desde este post hemos venido adviertiendo –con suficiente anticipación- diversos cambios que en forma estructural impactarían sobre la actividad de las empresas. Así hemos advertido en varios meses la espiral inflacionaria de Junio 2007-Junio 2008. También hemos venido siguiendo la evolución del tipo de cambio y la situación estructural que se da con relación al mismo
Estas advertencias se potencia al observar la evolución reciente de la economía, básicamente vinculada a la situación fiscal, tema del cual nos ocupamos hace varios meses.

El último semestre
La caída de la recaudación, la cesión a las provincias del 30% de los ingresos de las retenciones a la soja y el aumento del gasto público, tiene consecuencias directas sobre la economía actual, la que muestra una caída del superávit primario de casi un 70% comparando abril 2009 versus igual mes del año anterior. Esta situación ya se evidenciaba el mes pasado donde el excedente, antes del pago de intereses de la deuda, fue muy inferior al del año anterior.
La debilidad fiscal, que analizamos y preanunciamos como el principal problema hace ya algunos meses, es aun mayor y YA SE HA MANIFESTADO. En efecto, cuando al resultado primario se le agrega el pago de los intereses de la deuda, estamos ante un claro DÉFICIT FISCAL, el que no solo se ubica en el mes de abril, sino que está presente en todo lo que va del año 2009.

Algunas causas
En otros informes y post hemos ya presentado algunos elementos que como causas pueden explicar la situación. Sin embargo en un artículo reciente de D Caballo se sintetiza, a nuestro criterio las causas de la situación actual. En ese artículo Caballo señala como causas las siguientes:
1) las medidas impositivas y de controles de precios y tarifas que desalentaron la inversión y la producción en los sectores más productivos de nuestra economía, particularmente los sectores agropecuario y energético;
2) el aumento desmesurado del gasto público improductivo financiado con el producido de los impuestos distorsivos y
3) el encerramiento comercial y el aislamiento financiero que impidieron la recuperación del crédito público y privado y transformaron a Argentina en una economía a la que los demás países y organismos financieros del exterior les importa poco.Por eso la consideran no elegible para recibir los apoyos financieros que se están brindando a la mayor parte de las economía emergentes.
Continúa luego diciendo, El tercero de estos factores es el que me lleva a predecir que la crisis argentina se va a agravar en la segunda mitad de este año y probablemente durante 2010 y 2011, aún cuando comiencen a verse signos de recuperación en la economía global y en la mayoría de las economías emergentes.
El déficit fiscal adquirirá dimensiones hasta hoy impensadas por la mayor parte de los economistas, aún de los que critican al gobierno. La caída de la recaudación, la necesidad de asistir financieramente a las provincias y de cumplir con los compromisos de pagos de obras públicas y a proveedores, determinarán un déficit fiscal significativo que no podrá financiarse con crédito público. Por lo tanto, habrá una fuerte emisión monetaria con el consiguiente drenaje de divisas. Si el Banco Central intenta frenarlo acentuando los controles de cambio, aparecerá un mercado paralelo como el que existió entre 1975 y 1990. Si el banco Central defiende sus reservas y no impone controles de cambio, se producirá una fuerte devaluación que espiralizará la inflación.

Esta síntesis de la situación la hemos venido adviertiendo desde hace varios meses, y creemos firmemente que luego de la elecciones, sea cual sea el resultado, sin conocer aún la velocidad de los hechos, todo parece indicar que el descripto será el escenario más que probable para la economía Argentina.

lunes, 27 de abril de 2009

El largo camino al 2001

-Abril 2009-
Suele ser constante la pregunta que llega a nuestro estudio respecto a cómo será la economía post elecciones de junio. Si se devalúa, si no se devalúa. Si aumentan las tasas, si suben los insumos, entre otras.
Resulta que para quienes deben formar precios y cotizar al mercado exterior, no puede presentarse en la actualidad un escenario más complicado. Aunque la Argentina está acostumbrada a estos escenarios, en la mayoría creados por la mediocridad de la dirigencia (política, sindical, empresaria)
En este camino resulta inevitable que muchas de las preguntas de las empresas se encaminen a trazar un paralelismo con el año 2001, reflexionando en relación a si estamos mejor o peor que aquellos años. Básicamente porque en la formación de los costos de exportación las empresas ven las mismas dificultades.
Al respecto en el diario La Nación Roberto Cachanosky publicó un artículo titulado “2001: un juego de niños con un Kirchner sin control legislativo” , que justamente viene a dar idea más acabada de la situación actual comparada con el año 2001.
Comienza este economista en su artículo diciendo ...según datos del Ministerio de Economía, al 31 de diciembre de 2001 la deuda pública sumaba U$S 144.222 millones. Al 31 de diciembre de 2008 el stock de deuda pública llegaba a los U$S 145.974 millones, sin incluir los U$S 23.000 millones de los atrasos con los holdouts, luego de haber cancelado la deuda con el FMI por U$S 10.000 millones y habiendo hecho una de las quitas más grandes de la historia al momento de reestructurar la deuda. Digamos que la tan declamada política de desendeudamiento quedó en los discursos, como otros tantos anuncios. Hoy la deuda pública es levemente superior a la de 2001. Pero hay un dato adicional, hoy, al igual que en 2001, el Gobierno no tiene acceso al mercado voluntario de deuda, de manera que, bajo la administración de Kirchner, en este rubro estamos en la misma situación que en 2001. Mismo stock de deuda pública, cerrado el acceso al mercado voluntario de crédito y problemas para hacer frente a los vencimientos del segundo semestre de este año y del que viene.
Otro de los temas de 2001 era el tipo de cambio. El 1 a 1 era considerado el factor que destruía la producción industrial. A marzo de este año y en relación con diciembre del 2001, cuando se compara el incremento del tipo de cambio con el incremento de los precios mayoristas que publica el INDEC, el primero subió solo un 2,2% más que los precios mayoristas. Es decir, aún tomando como válidos los datos del INDEC de Moreno, el tipo de cambio real está igual que en 2001, al punto que hasta la UIA pide un dólar más alto y todos tienen expectativas de devaluación para luego de las elecciones, algo que inevitablemente va a ocurrir por la lógica del modelo kirchnerista. Agreguemos a este dato la fuga de capitales que hoy tiene una intensidad muy similar a la de 2001, y el escenario cambiario no es muy alentador.
En términos de actividad económica, la producción industrial en 2001 cayó el 7,6% mientras que en estos momentos está cayendo al 14%. La recesión se siente intensamente a pesar de que Kirchner disfruta de un precio de la soja que duplica al que tenía De la Rúa, con la diferencia que en el 2001 no había inflación y ahora tenemos una inflación que ronda el 20% anual. En este caso, la situación es peor que la de 2001: recesión con inflación.
En términos fiscales, en marzo de este año, luego del pago de los intereses de la deuda, el Sector Público Nacional tuvo déficit fiscal. Y ese déficit se produce a pesar del no ajuste por inflación de los balances lo que genera un pago del impuesto a las ganancias mayor al que efectivamente tienen las empresas, de los derechos de exportación que hoy rigen y que no existían en 2001 y de varios dibujos que se incluyen en las cuentas del sector público.
La gran diferencia entre 2001 y la actualidad es que el nivel de depósitos es sustancialmente menor y las familias y las empresas no están tan endeudadas, lo cual muestra un fracaso del modelo kirchnerista más que una virtud, dado que no ha logrado generar un mercado de capitales que financie, a tasas pagables, el consumo y, sobre todo, la inversión. Lo poco que quedaba del mercado de capitales vía las AJFP, el Gobierno lo destruyó con la confiscación de los ahorros, igual que en la crisis de 2001/2002.
Ya a mediados de 2001 había miedo en la gente a confiscaciones, default y devaluación. Hoy estamos parados en la misma situación. La gente tiene miedo a que si gana el Gobierno siga avanzando sobre los activos privados, por eso fuga sus capitales. Además, hay serias dudas sobre la capacidad de pago de la deuda y la devaluación para luego del 28 de junio es casi una certeza.
A pesar de la crisis internacional, la economía argentina tendría posibilidades de amortiguar notablemente la recesión que generó el Gobierno si se eliminara ciertas trabas al sector productivo, particularmente al sector agropecuario, y se generara un mayor grado de certidumbre sobre las reglas de juego.
Dicho en otros términos, la economía argentina ha colapsado por dos razones fundamentales: a) la inconsistencia de la política económica, que hoy presenta todos los costos juntos y b) la incertidumbre en las reglas de juego que genera un hombre como Kirchner que no conoce límites a las medidas que puede adoptar. Curiosamente, y en forma contraria a lo que sostiene el ex presidente, si la oposición ganara las elecciones, le ofrecería al país un menor grado de incertidumbre dado que actuaría como un freno a la arbitrariedad en las reglas que vienen imperando desde 2003. El problema no tiene que ver solamente con la política económica propiamente dicha (controles de precios, prohibiciones de exportación, carga tributaria agobiante, gasto público descontrolado e ineficiente, etc.), sino que el mayor obstáculo es la incertidumbre que genera la ausencia de límites al Ejecutivo. ¿Quién puede animarse a poner una fábrica de hamburguesas si no sabe si Moreno lo va a dejar exportar, lo obligará a vender debajo del costo de producción o si tendrá energía para hacer funcionar las máquinas?

Me permito completar, quien logrará tener previsibilidad en la formación de precios para exportación o estará alentado a buscar nuevos mercados.

Lo transcripto del artículo es por demás elocuente respecto a la pregunta sencilla de si estamos mejor o peor que en el año 2001