martes, 3 de junio de 2008

Algunas reflexiones sobre la coyuntura para exportadores e importadores

-Junio- 2008

Introducción

En nuestros informes de coyuntura que remitimos a nuestros clientes, desde mediados de 2007, fuimos anticipando algunos algunos aspectos de la situación económica que la crisis con el agro, no ha hecho más que poner de manifiesto.

Nuestras preocupaciones y análisis, tenían como eje los siguiente: INFLACION, CRISIS ENERGETICA, AUMENTO DE TASAS DE INTERES, PRESION SOBRE TIPO DE CAMBIO, CRECIMIENTO y DEFICIT FISCAL.

Revisando hoy cada uno de estos puntos, resulta que varios de los señalados se han profundizado y agravado.

Así la inflación resulta ser una realidad poco discutida en ámbitos públicos (excepto para el gobierno) y privados. Nuestros informes de principios de año ya ubicaban la inflación PISO para el año 2008 en el 32, 7 %. Lamentablemente, todo indica que esa cifra será seguramente alcanzada -incluso- con posibilidades de superarse.

Con relación a la crisis energética, los primeros fríos del año ya confirman los problemas. Ya comenzaron los cortes de gas fuertes en la industria y en algunos sectores se están confirmando los cortes de energía. Esto también tendrá su correlato sobre la oferta y por lo tanto en la situación de precios.

Con respecto a las tasas de interés, ya el año pasado hemos recomendado a nuestros clientes la salida de sistemas de financiación de corto plazo (cheques por ejemplo), por cuanto estimábamos aumento de tasas. Hoy la realidad bancaria confirma aquellas previsiones respecto este indicador. Así, creemos que la tasa se mantendrá a niveles altos por lo menos hasta el cuarto trimestre de este año, momento en el cual habrá que volver a mirar el escenario, digamos “barajar y dar de nuevo”.

Con relación a la situación fiscal, seguimos insistiendo que los compromisos de pagos externos, y el no resuelto problema de los subsidios cruzados, amenazan seriamente la situación fiscal. En los niveles actuales, el gobierno NECESITARA hacer cirugía importante sobre el sistema de subsidios, por cuanto, la reducción que había planteado no resulta suficiente en el contexto actual. No debe escapar que ya se han producido significativos aumentos en algunos servicios. Esto tenderá a crecer en los próximos meses, con impacto también en precios.

Finalmente, el tipo de cambio merece un análisis por separado. Cuando en abril el tipo de cambio tocó los 3,23, se ubicaba en el marco del esquema que habíamos preanunciado. En varias consultas señalamos que ese nivel era el que, a nuestro criterio, se ubicaría el tipo de cambio. Hicimos sin embargo una reserva, vinculada a la decisión política. Dijimos que “si no había una intervención o decisión política particular” el tipo de cambio se ubicaría en torno al valor señalado.

Sin embargo la “intervención” política ha producido –a nuestro criterio-un problema adicional, del cual pocos están hablando. Con fuertes intervenciones del BCRA se han “inyectado” más de 2000 millones de dólares para mantener (incluso hacer bajar en claro gesto político) el valor del dólar. Esta situación, genera dos consecuencias: en primer lugar la casi imposibilidad de determinar por comportamiento económico el tipo de cambio. Ello por cuanto, el actual nivel del dólar obedece más a “caprichos políticos” que a expresiones del “ya controlado” sistema de cambio. En segundo lugar, el efecto que la “caída” del tipo de cambio provocará sobre el resto de las variables de la economía, y particularmente en la “presión” que provocará sobre la “competitividad” de la producción local.

En síntesis, la evaluación de los elementos antes apuntados llevan a –a nuestro criterio- a confirmar la previsión que hicimos a comienzo de año: “El crecimiento real de la economía, comenzará a buscar una meseta en el crecimiento” Creemos que el aumento del PBI será muy inferior al del año 2007, con una caída de más de 3 puntos en el PBI.

De lo señalado se desprende que la situación era ya compleja aún antes del conflicto con el agro.

Después del conflicto

En general, todas las previsiones aseguran que la tendencia de los precios “altos de las materias primas” –que luego tratamos- se mantendrá en el mediano plazo.

Este es –en nuestra opinión- el centro del debate y conflicto actual. Es decir, a quién, y a dónde se dirigirá el margen de ganancia “adicional”.

El conflicto ha puesto indudables elementos para ser reflexionados, en al menos tres niveles de evaluación. El primero se vincula con el rol que tiene y tendrá la estructura empresaria vinculada a la explotación agrícola y su relación con esquemas financieros (pool de soja, fideicomisos). El segundo, se vincula con la “cuestionada legitimidad” del gobierno como “intermediario” de la distribución de riqueza. El tercero se vincula con el debate económico-político de la cuestión –bastante vieja pero parece poco resuelta- “aduana-gobierno central-provincias”, que emerge nuevamente.

El camino hacia una solución parece recomendar algo que no es muy usual en nuestro país, pero que merece ser nuevamente considerad: “respecto a la ley”. Esto es a la constitución que “es el único esquema” de cohesión indiscutido.


Ese bendito escenario internacional y el comercio exterior

No pretendiendo evaluar éxitos o fracasos, y al solo efecto de poner las cosas en un poco de perspectiva, resulta claro que aún con los problemas internos, el escenario internacional es sumamente favorable, aunque la “dependencia” de nuestro sistema lo torna una variable sumamente riesgosa.

Al observar el comportamiento del precio promedio de las materias primas exportadas por Argentina surgen algunas deducciones lógicas. Así el período de la actual administración coincide con el aumento del precio de las materias primas a nivel internacional, tal como lo refleja el siguiente gráfico












Fuente: www.jorgeavilaopina.com



Este comportamiento ha tenido idéntico efecto en naciones vecinas, las que incluso, han mejorado su posición en el contexto internacional, en contraste a nuestra realidad.

La evaluación de este comportamiento de precios resulta útil a fin de comprender algunas situaciones de la economía nacional, así como poner en cierta perspectiva algunos aspectos del comercio exterior.

En efecto, el último dato publicado por el INDEC relacionado con el Comercio Exterior (el cual es de esperar no esté bajo sospecha), pone de manifiesto una situación preocupante, que en forma adicional a la descripta al comienzo constituyen un esquema al menos complejo. Básicamente se vincula al comportamiento de las importaciones y exportaciones argentinas.

En efecto, en el mes de abril las exportaciones crecieron un 35 %. En idéntico mes las importaciones crecieron un 61 %.

Aún cuando la comparación arroja una primera preocupación, la conformación de volumen y precios arroja una preocupación aún mayor. Ello por cuanto el aumento de las exportaciones es explicado por la suba de precios (37 %), dado que las cantidades exportadas han caído un 2 %

Este comportamiento se da en contraposición al de las importaciones, las que si bien aumentaron en precios un 16 %, las cantidades explican el 39 % del aumento antes citado.

Estos indicadores hacen pensar firmemente en los límites del manejo que se pretende hacer del tipo de cambio, así como la dependencia absoluta de precios internacionales, por cuanto en “volumen” o actividad, las exportaciones se han retraído. (ver al respecto los indicadores recientemente publicados por el INDEC en http://www.indec.mecon.ar/)

En conclusión

La situación aún no resuelta del conflicto con el campo, sus aristas políticas (primero) y económicas después, tendrán consecuencias más profundas que meros acuerdos por movilidad de retenciones, leche o trigo.

Aún cuando el conflicto se solucionara en los próximos días, en el plano económico, la dinámica retenida (decisiones que esperan la resolución del conflicto, liquidación de exportaciones, confirmación de compra de maquinaria, etc.), generarán un espejismo: “aquí no pasó nada”, el cual puede durar un par de meses. Luego de ello se podrá efectuar una evaluación más concreta, básicamente cuando la economía recupere su “natural” desarrollo.

Nuestra impresión es que los efectos políticos y económicos serán muy importantes, con consecuencias serias sobre ambas realidades.

También creemos que la “dependencia de precios de materias primas” resulta un escenario “demasiado” arriesgado para el sostén del actual esquema económico, tal como lo refleja la evaluación efectuada de las importaciones y exportaciones.

Por todo esto, la prudencia en la toma de decisión y la postura de “esperar hasta que aclare” parece ser el mejor aliado

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