viernes, 28 de agosto de 2009

El clima de negocios en perspectiva

-Agosto de 2009-

En nuestro anterior informe hemos presentado elementos que a nuestro criterio constituirán el desempeño económico-político del último semestre.

Esa situación y tendencia económica pensamos que, en lugar de haberse mejorado ha tendido a ir empeorando, no solo por la propia situación económica, sino por el clima y preocupación que se percibe en el mundo de los negocios. Así lo refleja claramente el Reporte de Competitividad Global difundido ayer por el Foro Económico Mundial (WEF, sus siglas en inglés) el cual ha ubicado a nuestro país en el puesto número 85 sobre 133, obviamente lejos de Chile, Brasil, y muy pegado a Venezuela.

Resulta particularmente interesante el pasaje del informe de la WEF, que explica el clima de negocios cuando dice “hace resaltar la profunda desconfianza de la comunidad empresarial y el pesimismo con respecto a la eficiencia y la transparencia del Gobierno, en relación con el estado de derecho y la imparcialidad en cuanto el trato con el sector privado”.

La descripción efectuada por este informe es aún más alarmante si focalizamos la atención en el mundo de los negocios vinculados al comercio exterior. En este sentido, Argentina ocupa el anteúltimo lugar (de 133 países) en cuanto “barreras al comercio”, en medio de una alta discrecionalidad en la intervenciones de los organismos vinculados al comercio exterior.

También el informe señala que “existen serias fallas que siguen afectando el panorama de competitividad del país, las cuales representan incesantes vulnerabilidades en la difícil situación económica actual y potencial”. Es decir “políticas de expansión tributaria y monetaria” que generaron “altos niveles de inflación”. En efecto, el informe subraya de nuestro país la grave inestabilidad política, el restringido acceso al financiamiento, la corrupción y particularmente la inflación, aspecto que creemos merece una reflexión particular en el contexto de la situación económica.

Algo de la situación económica
Además de las obvias, evidentes y patéticas razones políticas que impactan decididamente en la seguridad jurídica e institucionalidad (elementos básicos de cualquier juego de negocios), resulta necesario que se preste atención a la cuestión fiscal nacional y la de algunas provincias (Buenos Aires y Córdoba fundamentalmente). Aún cuando ya advertimos esto en al menos dos ocasiones anteriores, la velociadad en que se ha venido deteriorando la misma requiere un análisis adicional

En efecto el déficit fiscal consolidado de las provincias será superior a los 11500 millones en el año 2009, según un informe del Instituto Argentino para el Desarrollo de las Economías Regionales (IADER). Empujado básicamente por el gasto público y la retracción en la coparticipación y la actividad económica, pone a la provincias en la puerta de emitir cuasi monedas (patacones, lecop, entre otros recordados) o peregrinar en los despachos en Buenos Aires en busca de pesos, provenientes de emisión.

Ello es así porque básicamente la situación de la nación no es mejor. Si el gasto público nación, veremos que éste registra el nivel más elevado de la historia. Así y para no poner los ojos en este año 2009, solo basta decir que el año pasado el gasto público cerró en 31% del PBI, contra un promedio de 23% en el período 1977-2002, y contra 23% en 2002.

En un escenario de imposible acceso al financiamiento externo, licuación del capital de la AFJP, presión tributaria en su máximo histórico, resulta que solo queda la expropiación por la vía ordinaria, o dicho de otra forma la emisión (inflación sostenida) y la necesidad imperiosa de provocar una fuerte devaluación, incluso con posibilidades de imaginarla con intervención del Comercio Exterior (dólar exportación y dólar importación por citar un caso)

El informe de la WEF no hace otra cosa que reflejar una realidad que, por difícil que parezca, resulta incontrastable frente a lo que día a día refleja el espejo de la realidad.

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