miércoles, 28 de abril de 2010

Debates entorno a la inflación

-abril 2010-

En los últimos tiempos y aún no superando las consultas diarias que recibimos sobre las licencias de importación o las investigaciones por derechos antidumping, vienen creciendo las consultas de las empresas respecto la fijación de precios y eventualmente la financiación de las exportaciones.

Lógicamente la incertidumbre sobre los precios viene explicada, por un lado por los aumentos en los precios, es decir la inflación, y por otro, por la presión eventual sobre el tipo de cambio que esa inflación provoca.

Al respecto en los últimos días, con asombro asistimos a ciertas miradas, incluso de profesionales, expresando las bondades que la inflación trae aparejada. Aunque parezca mentira, haciendo un recorrido por artículos y notas publicada en los medios (oficiales y no oficiales) se encuentran varias opiniones señalando las propiedades que puede tener un "un poco" de inflación como dinamizador de la economía. Esto lo ha advertido con total claridad Orlando Ferreres, en un artículo publicado en La Nación hace pocos días, diciendo: "Realmente resulta patético oír hablar a algunos intelectuales y a algunos políticos de la inflación como instrumento de desarrollo económico, cuando sabemos que la inflación es un robo o, más elegantemente dicho, es un "impuesto inflacionario" que afecta principalmente a los más pobres.

Sobre esta discusión parece razonable señalar al menos tres cosas: La primera es que no solo la inflación en sí misma es un impuesto a los pobres sino que además desestabiliza todo el sistema de precios. La segunda es que resulta absurdo para un país como el nuestro tener que repetir discursos que hemos repetido durante varias décadas. Vasta mirar editoriales de los años 60, 70 y 80 para encontrar hasta el hartazgo qué es y qué ha sido para nuestro país la inflación, sus causas y consecuencias. La tercera, para los intelectuales y políticos, resultaría prudente que antes de hablar consultaran un poco algunos libros para o bien no mentir (la biblia) o bien saber realmente sobre la inflación, para lo cual veamos la visión de quienes batallaron con ella


Una clara explicación

"Desde 2002 en adelante, nuestra economía está azotada nuevamente por la inflación porque nuestra moneda, el Peso, ahora no convertible, es administrada de tal forma de influir no sobre el nivel promedio de los precios, sino sobre la estructura de precios relativos de la economía, algo que en una
economía bien organizada surge del funcionamiento de mercados libres, con un Estado que interviene a través de su política fiscal y aplica regulaciones para remover el efecto distorsivo de las fallas del mercado. Lamentablemente, desde 2002 en adelante, la política monetaria (sea utilizando como variable controlada el tipo de cambio nominal, la cantidad de dinero o las tasas nominales de interés) fue utilizada para afectar los precios relativos de la economía en la dirección deseada por el Gobierno, aún cuando los niveles deseados de precios relativos estuvieran muy alejados de los de equilibrio. De esta forma la política monetaria creó inicialmente desequilibrios de precios relativos que determinaron que en la economía apareciera simultáneamente, inflación abierta, en la medida que para afectar los precios relativos se empujó hacia arriba a algunos precios (por ejemplo, el de los bienes transables internacionalmente, en 2002) e inflación reprimida (en la medida que se utilizaron otros instrumentos, como las regulaciones, para evitar o, al menos demorar, el ajuste de los precios que quedaron artificialmente atrasados).

La inflación reprimida se transforma necesariamente en más inflación abierta si es que luego del impulso inicial al aumento de algunos precios, la política monetaria se transforma en “acomodaticia”, es decir, simplemente acompaña la evolución del ingreso nominal de la economía, para evitar que actúen en la economía las fuerzas recesivas que permitirían la eliminación de la inflación reprimida a través del ajuste simultáneo, hacia arriba, de aquellos precios que quedaron rezagados y, hacia abajo, el de los bienes que subieron demasiado.

Al ser la política monetaria, simplemente “acomodaticia”, el curso de la inflación estará determinado no por la política monetaria sino por la fuerza de los distintos participantes de la puja distributiva y por la capacidad fiscal del gobierno de financiar subsidios que compensen las distorsiones en los precios relativos. En términos más formales y teóricos, en una economía organizada de esta forma, el nivel promedio de los precios y la tasa de inflación, estarán indeterminados y pueden resultar cualquier número. La inflación será más alta cuanto más débil sea el Gobierno para controlar la puja distributiva y cuanto más delicada sea su situación fiscal y más difícil su acceso al crédito. (extracto de la nota publicada por Domingo Cavallo en su post www.cavallo.com.ar)

No parece necesario agregar nada más a la explicación dada. Solo para reforzar algunas ideas y lineamientos creo apropiado focalizar ahora algo de las causas actuales citadas en la explicación anterior.

Algo sobre la situación fiscal

Ya adelantamos en informes anteriores algunos elementos sobre la situación fiscal. Hemos insistido en notas y artículos anteriores sobre la evolución del gasto público poniendo el foco en el aumento de los subsidios al transporte y energía.

Otro elemento revelador es el vinculado con la evolución del empleo público. En un artículo del Diario La Nación del 4 de abril se brindan elementos que no hacen otra cosa que agravar el panorama del gasto público

En efecto, ante un crecimiento poblacional de algo más del 8 %, el empleo del sector público consolidado desde el año 2003 al año 2009 creció un 50 %. Dicho aumento no ha sido solo en la nación sino en igual medida en varias provincias, las que incluso han sido más prolíficas en la creación de empleo público. Así lo refleja el gráfico publicado en dicho diario el cual es más que revelador



Algunas conclusiones

Resulta claro que la inflación es un síntoma de un problema mucho más grave. Nunca es una solución, ni un catalizador de un supuesto proceso de crecimiento.

Sin reglas claras resulta muy difícil sostener criterios de exportaciones, menos de exportaciones con valor agregado.

El avance del gasto público, hoy retratado en el avance del empleo, no hace otra cosa que desestabilizar la estructura de una posible organización económica sólida para el mediano y largo plazo, y vuelve a colocar las posibilidades de la argentina...un poco más lejos.